lunes, 29 de abril de 2013

Estilos de aprendizaje. Reflexión.

Son muchos los factores que favorecen el aprendizaje y estamos aprendiendo a manejarlos: adaptarnos al contexto educativo, partir de las necesidades de los alumnos, ayudarlos a que se responsabilicen de su propio aprendizaje... No voy a abundar porque "estamos trabajando en ello". Sin embargo, hay un factor que escapa casi totalmente a la voluntad del profesor y que es fundamental, y es el factor emocional. Siempre se ha dicho que la mejor manera de aprender una lengua es echarse un novio que la hable y, sin llegar tan lejos, tengo que admitir que los profesores con los que más he aprendido han sido aquellos que me "caían bien". Evidentemente, hay una parte de las habilidades sociales que se pueden adquirir. Puedes aprender técnicas como estrechar la mano con firmeza, mirar a los ojos... Pero en la afinidad entre las personas siempre habrá un factor inmanejable, químico, mágico...

En cuanto a cómo mi propio estilo de aprendizaje puede influir en la clase, ahora me doy cuenta de por qué me gusta tanto la EMT. Decía de broma que era porque de pequeña me gustaban los trabajos manuales y resulta que no es de broma, es en serio, tengo un estilo muy "táctil". Pero por otro lado, el análisis de mi motivación para estudiar lenguas extranjeras (básicamente, me divierten) me ha llevado a la conclusión de que, en realidad, soy bastante "diletante" y no me importa tanto si llego o no a ser agente social en otra lengua. Por otro lado, aprendo tanto trabajando sola como en equipo, me reparo con respecto al equipo es que, como en todas las cosas, depende. A veces encuentras aportaciones muy interesantes y aprendes mucho, otras el nivel es muy bajo o la gente va a remolque y tienes la sensación de perder el tiempo. En todo caso, como en tantas cosas, creo que el trabajo en equipo tiene que enriquecer el trabajo individual o viceversa, y no sustituir uno por otro. 

1 comentario:

  1. ¡Cuánta razón tienes, Gema! Los factores emocionales o afectivos son los que más influyen en el aprendizaje. Te recomiendo el magnífico libro: Arnold, J. (2000) La dimensión afectiva del aprendizaje de idiomas. Col. Cambridge. Edinumen.

    Así es, el aprendizaje tiene las dos vertientes: es individual porque cada uno llevamos nuestro propio proceso, pero también social porque el trabajo colaborativo nos enriquece, nos ayuda a avanzar.

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