jueves, 25 de abril de 2013

Cómo se enseña y aprende una lengua. Módulo 1


Reflexión sobre la EMT

En líneas generales, me declaro totalmente fan. Creo que, a la luz de lo que se publica en los foros y de las opiniones vertidas en el chat de ayer, me gusta esta aproximación a la enseñanza más que a la mayoría de mis compañeros...

Evidentemente, la elección de una tarea final tiene sus complicaciones e independientemente de que el ejemplo de Gente, el recetario, sea mejor o peor, creo que es imposible que la misma tarea final satisfaga por igual a todos los estudiantes de un grupo. Puede que se encuentren un par de tareas de las que se extraigan objetivos similares y dar opción a los alumnos. Incluso si no es así se puede intentar que a los que menos les haya gustado una tarea de una unidad, elijan la de la unidad siguiente. Pero el hecho de "producir", de "fabricar", de "crear", es algo motivador en sí para la mayoría de la gente (¿o es solo a mí porque me gustaban mucho los trabajos manuales de pequeña?) y creo que un estupendo mecanismo para involucrar a los alumnos.

Pero en todo caso, la EMT no es solo la tarea final, es también cómo se plantea cada pequeña tarea. El hecho de que sean abiertas me parece muy importante porque significa que para cada cosa tienes que "pensar", y si uno piensa, no se aburre, lo mismo que si uno tiene que atender al significado, tiene que pensar y no se aburre. Es eso lo que da esa especie de cualidad de juego a las actividades de una buena clase de lengua extranjera.

Evidentemente, por mucho que te guste una planificación o un manual, nunca podrás limitarte a ello, o sea que en ningún caso digo que Gente o ningún otro libro orientado a la EMT haga innecesario tener en cuenta las necesidades de los alumnos ni sus distintos estilos de aprendizaje, ni que no tengas que pactar un currículo con ellos, incluso con los que odian la EMT, o sea que esta opinión a favor está sujeta, como cualquier otra del profesor, a las características del grupo y al contexto de la enseñanza y no descarta, siquiera por variar, alternar o completar con otro tipo de aproximaciones.

1 comentario:

  1. Gema, ¡imagínate lo que supuso la aparición de la EMT a finales de los años 80 cuando todavía estábamos aprendiendo a llevar programaciones nociofuncionales al aula!!! Está claro que una tarea final no motivará a todos los alumnos por igual, ya hemos hecho referencia en los foros al carácter flexible de la EMT y a nuestra capacidad para adaptar la unidad al contexto de aprendizaje y, como bien señalas, a los estilos de aprendizaje, necesidades e intereses de los alumnos, etc. Un manual no deja de ser una "hoja de ruta" que iremos modificando juntos, alumnos y profesor/a.

    A mí también me parece que "elaborar algo" es muy motivador (no solo para los más táctiles), sobre todo, si lo hacemos combinando el trabajo individual y el colaborativo.

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